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18 dic 2010

Desatención de baja de línea con Telefónica

El día 15 de noviembre de 2010 envío burofax (documento con perfecta validez legal y jurídica) a la sede de Telefónica en la calle Gran Vía de Madrid. Con contenido y encabezamiento completos, claros y concisos. El objeto del burofax es realizar una solicitud de baja de línea telefónica (una línea de telefonía fija de toda la vida). Constato que el burofax está ya entregado el día 16 de noviembre de 2010. Hoy es 18 de diciembre de 2010 y dicha línea está aún perfectamente operativa, es decir, que también se siguen cobrando la factura. Vamos a ver. ¿Cómo puede ser que más de un mes después de haber enviado un burofax a Telefónica aún no se haya efectuado la baja? Y no hay excusas. ¿Por qué decide esta compañía hacer caso omiso de un burofax de un cliente, de una solicitud de baja de un cliente, y se siguen cobrando? ¿Por qué tengo yo que molestarme en llamar al 1004, explicarlo todo, y seguramente cabrearme, lo cual me va a quitar al menos un día de vida? ¿Hasta cuándo van a seguir ocurriendo este tipo de acontecimientos inverosímiles?

15 dic 2010

Sobre el cáncer

¿Quién no ha perdido a alguien cercano debido al cáncer? Alguien de la familia, un amigo, un conocido. Es una enfermedad que atemoriza. Si la vives y/o la has vivido a tu lado se transforma en una tortura. En primer lugar, y sobre todo, para el enfermo. Aunque también lo sea para los que le rodean, le cuidan, y le quieren. Se lucha contra un enemigo que se esconde, pero que no esconde su dureza. Sabemos de lo que es capaz. Y eso provoca indefensión, en mayor o menor grado. Una de las armas para afrontar la batalla la constituyen nuestras ganas de vivir. Ese deseo innato de perdurar, contra el abatimiento inútil. Y es que tal es nuestra programación genética. Destinados a la inmortalidad. Otra de las armas es el gozo (alegría del ánimo) que nos proporciona recibir de forma constante el amor de los que están tan cerca. De los más allegados.

¿Y la ciencia? Denodadamente (a pesar de la indiscutible escasez de medios) sobre la pista de la solución al problema. La opinión del que escribe, y no es la única, es que hay indicios que apuntan a que se trata de un problema para el que de momento no estamos preparados. Un problema Copérnico-Galileo-Newton-Einstein. Un problema para una mente ciertamente excepcional. Y que me perdonen los científicos que cada día nos ayudan, y a los que debemos tanto (muchísimo, muchas vidas,  a diario). Pero hace falta ir más allá. Lo que el que escribe opina (y también es la opinión, por ejemplo, de una muy buena amiga), es que hay una solución común para todos los tipos y subtipos de cáncer (sea cual sea su ámbito o génesis). Esto equivale a decir que algunos creemos que hay un mecanismo único subyacente para el cáncer. Hay un problema concreto, y una manera de resolverlo. Independientemente de su tipología.

Una de las circunstancias que interfieren sobremanera en la consecución del éxito es que aún no disponemos de toda la información. Prueba de ello dan los recientes descubrimientos de: la "pieza" metil-c en la conformación de la estructura de nuestro ADN, y de las "particulares" histonas. Metil-c e histonas. Hallazgos "jóvenes" que aún hay que encajar. Y seguramente quedan más elementos básicos por descubrir, lo que retrasa llegar a la erradicación de la enfermedad lo antes posible.

Desde aquí insto a cualquiera que se sienta capaz y/o tenga la curiosidad-necesidad-anhelo suficiente a intentar hallar una solución. A investigar sobre la enfermedad, a documentarse profundamente y a intentar desarbolar a este enemigo. No se dejen amilanar por la calidad o especificidad de los estudios que ustedes han llevado a término, ni por la profundidad del problema. No hay obstáculo posible en ese sentido. Vamos a ayudar a los que lo están intentando, y consiguiendo. Y lograremos vencer definitivamente. Lo necesitamos.

13 dic 2010

Wikileaks y las pelis de espías

Lo que parece en todo este asunto de Wikileaks es que algún (o tal vez más de uno) empleado descontento de la administración estadounidense ha recopilado unos cuantos papelajos de nada y se los ha hecho llegar a estas personas que trabajan (o trabajaban) en la web Wikileaks. El ministerio de exteriores australiano no se ha cortado y así se lo ha dejado caer al gobierno Obama (oscuro papel el suyo condenando los hechos). Las filtraciones son, en general, como para asustarse. No tanto por el contenido, que a estas alturas de la historia creo incapaz de causar asombro, sino más bien por la forma. Qué vulgaridad. Qué expresiones y juicios tan pobres y qué poco despiadados. Más bien parecen chismorreos de patio de luces: "Oye qué te parece lo del hijo de la Paqui...". Resulta casi inverosímil. Y las valoraciones de personajes y dirigentes políticos varios van por la misma senda: "Parece un poco lerdo...y además no te mira a los ojos...". Es tan triste que da risa. Lo lamentable es que esos papeles conforman la documentación "de diario" de los empleados de una administración de uno de los países más poderosos del universo. Los que tienen el poder suficiente como para teñirte el pelo mientras duermes y que no te enteres, o como para fabricar gobiernos o eliminarlos, o crear revoluciones de colores...

Por otro lado al tal Assange van y le fabrican una emboscada judicial de las de película de espías de toda la vida. Por niño malo y caprichoso, habrán pensado los cerebros. Colgarle agresiones sexuales. Cualquiera que en su vida haya visto más de 10 películas y leído más de 5 novelas ve el montaje a la legua. Qué lástima. Qué poco profesional. Estos sucesos son los que llevan a exclamar que realmente "estamos en manos de Dios".

12 dic 2010

Las pelis malas

La frase del día es de Jonás Trueba y afirma que : "Me gustan muchísimas películas malas". La verdad es que a mi también me gustan películas malas, pero sólo algunas. No tantas como a Jonás Trueba. Me parece que decir "muchísimas" es decir demasiadas. Además, con eso de "malas", estamos en lo de siempre, malas por qué y para quién. Yo diría que a lo que nos solemos referir con esta expresión, tanto Jonás Trueba como el que escribe, y otros, es que nos gustan películas que oficialmente los "comisarios políticos" del cine no consideran buenas películas. Pero nos gustan, sobre todo, y la mayoría de ellas, y al menos en mi caso, por motivos sentimentales. Películas que nos proporcionan una melancolía agradable, que nos traen recuerdos de una buena época de nuestra vida. No son la película del siglo pero nos trasladan una emoción pretérita que resulta irresistible. No voy dar títulos por no entrar en polémicas estériles sobre la calidad de los títulos que pudiera citar. Pero creo que es inevitable para todo apasionado del cine tener en su historia vital alguna de estas películas. Algunas de ellas, estoy seguro, nos hicieron mejores, a pesar de no ser tan buenas.