¿Quién no ha perdido a alguien cercano debido al cáncer? Alguien de la familia, un amigo, un conocido. Es una enfermedad que atemoriza. Si la vives y/o la has vivido a tu lado se transforma en una tortura. En primer lugar, y sobre todo, para el enfermo. Aunque también lo sea para los que le rodean, le cuidan, y le quieren. Se lucha contra un enemigo que se esconde, pero que no esconde su dureza. Sabemos de lo que es capaz. Y eso provoca indefensión, en mayor o menor grado. Una de las armas para afrontar la batalla la constituyen nuestras ganas de vivir. Ese deseo innato de perdurar, contra el abatimiento inútil. Y es que tal es nuestra programación genética. Destinados a la inmortalidad. Otra de las armas es el gozo (alegría del ánimo) que nos proporciona recibir de forma constante el amor de los que están tan cerca. De los más allegados.
¿Y la ciencia? Denodadamente (a pesar de la indiscutible escasez de medios) sobre la pista de la solución al problema. La opinión del que escribe, y no es la única, es que hay indicios que apuntan a que se trata de un problema para el que de momento no estamos preparados. Un problema Copérnico-Galileo-Newton-Einstein. Un problema para una mente ciertamente excepcional. Y que me perdonen los científicos que cada día nos ayudan, y a los que debemos tanto (muchísimo, muchas vidas, a diario). Pero hace falta ir más allá. Lo que el que escribe opina (y también es la opinión, por ejemplo, de una muy buena amiga), es que hay una solución común para todos los tipos y subtipos de cáncer (sea cual sea su ámbito o génesis). Esto equivale a decir que algunos creemos que hay un mecanismo único subyacente para el cáncer. Hay un problema concreto, y una manera de resolverlo. Independientemente de su tipología.
Una de las circunstancias que interfieren sobremanera en la consecución del éxito es que aún no disponemos de toda la información. Prueba de ello dan los recientes descubrimientos de: la "pieza" metil-c en la conformación de la estructura de nuestro ADN, y de las "particulares" histonas. Metil-c e histonas. Hallazgos "jóvenes" que aún hay que encajar. Y seguramente quedan más elementos básicos por descubrir, lo que retrasa llegar a la erradicación de la enfermedad lo antes posible.
Desde aquí insto a cualquiera que se sienta capaz y/o tenga la curiosidad-necesidad-anhelo suficiente a intentar hallar una solución. A investigar sobre la enfermedad, a documentarse profundamente y a intentar desarbolar a este enemigo. No se dejen amilanar por la calidad o especificidad de los estudios que ustedes han llevado a término, ni por la profundidad del problema. No hay obstáculo posible en ese sentido. Vamos a ayudar a los que lo están intentando, y consiguiendo. Y lograremos vencer definitivamente. Lo necesitamos.
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